Cómo usan las TIC

Los niños que han nacido en la época de Internet y los teléfonos móviles han sido socializados culturalmente bajo la influencia de las nuevas tecnologías, por lo que su comportamiento es distinto al de los niños que nacieron antes. Por esta razón, los padres debemos tener en cuenta y conocer en qué ha consistido esa influencia. Para los adolescentes las nuevas tecnologías son una necesidad, no una opción. Resuelven los problemas cotidianos usando las TIC porque a través de ellas reciben información, se comunican, se divierten y estudian. Con las TIC, tienen el mundo en la punta de sus dedos, y así se lo hemos de transmitir para que puedan tocarlo y disfrutarlo, pero siempre con la debida prudencia y sentido común.

Muchos especialistas dicen que hay que controlar el tiempo, y seguramente es cierto. Pero sobre todo se deben controlar los contenidos o, mucho mejor, hablar sobre ellos, ya que no podemos encerrar a nuestros hijos ni evitar que les lleguen contenidos inadecuados a través de Internet o de la televisión. Por ello necesitan responsabilidad y herramientas para saber cómo interpretar esos contenidos y cómo actuar ante ellos. Es momento de que se equivoquen ahora que están bajo nuestra protección.

Nuestros hijos pueden encontrar cosas malas en la Red, exactamente igual que en la calle.

El mundo puede parecer más seguro con las TIC, ya que hablar o jugar con alguien del otro lado del mundo, pero estando físicamente en tu habitación, es bastante tranquilizador. Sin embargo, el físico no es el único daño que nuestros hijos pueden recibir, por lo que no debemos faltar a nuestra responsabilidad como padres escudándonos en la distancia física.

Una mayor cantidad de información no implica mayor calidad de la misma. Infobesidad o infoxicación son términos que vienen a describir la saturación excesiva de información que recibimos y lo perjudicial que puede llegar a ser si dicha información no es de calidad. El conocimiento no existe si para nuestros hijos los datos carecen de significado. Y nosotros como padres deberíamos aspirar a que alcancen la sabiduría, que es la relación de estos conocimientos aplicados a un aspecto real de su vida.

La superficialidad de los medios de comunicación hoy día que va permeando en la televisión, la prensa, la música y la literatura, no ayuda en nada a que nuestros hijos tengan un sentido trascendente de la vida. En general tienen mucha información y un pobre y fragmentado conocimiento. Nuestros hijos acceden con un solo botón a cientos de medios de comunicación al mismo tiempo, medios entre los que tienen que escudriñar la verdad. Esto es bastante complicado, si la “verdad” es algo que dejamos en manos de los medios de comunicación sin establecer previamente un filtro o una interpretación.