Qué hacer si nuestro hijo o hija

a) … Está viendo una página para adultos?


La adolescencia es una etapa muy complicada debido a la actividad hormonal: nuestros hijos están en plena ebullición y experimentan sensaciones nuevas sobre su cuerpo, además de las ganas de saber y explorar. Esto no es ninguna novedad, ya que nos pasó a nosotros e igualmente le pasó a nuestros antepasados.

Ver una página para adultos no es más que la versión actual de comprar una revista erótica a escondidas o colarse en una sala X. Quizás la única novedad es que ahora está todo mucho más a mano, pero el motor de esa curiosidad es el mismo que teníamos nosotros.

Lo primero: no les juzgues. Ya es una situación bastante incómoda como para acentuarlo con una riña o diciendo algo poco apropiado. Los padres deberíamos comenzar por identificar cuál es nuestra actitud con respecto a la sexualidad y buscar la forma de transmitírsela a nuestros hijos.

La clave es hablar sobre este tema abiertamente y escuchar con interés los comentarios que pudiesen hacer nuestros adolescentes. Ellos saben y sienten cuándo pueden hablar sobre estos temas, y los padres debemos alentar un clima afectuoso para que se sientan con confianza y dispuestos a dialogar. Por supuesto que nunca vamos a olvidar la edad de la persona que tenemos ante nosotros para informarles sobre algunos temas.

Piensa que en muchos casos se llega a estas páginas de contenido sexual de forma no intencionada, simplemente mediante sistemas automáticos que se desencadenan por el simple hecho de entrar en una web, por ejemplo.

Con todo, no debes sentirte mal y te recomendamos que les abras tu corazón y compartas con ellos tu experiencia a su edad. Explica cómo era tu época de adolescente y cómo aprendiste lo que sabes sobre sexualidad. Obviamente también debes establecer un límite, ya que los padres también tienen el deber de mantener su propia intimidad a salvo, y como hemos dicho predicar con el ejemplo es muy importante.

No podemos pedirles a nuestros hijos que sean celosos de su intimidad cuando tal vez le hayamos contado alguna cosa de nuestra vida privada que no debíamos.

Por último, no olvides dos cosas muy importantes: la primera, que la sexualidad no es solo la función biológica. Muchos tenemos la tentación de explicar solo ese aspecto, pero ese ya se lo han enseñado en la escuela.

Lo que no enseña ni la escuela ni la industria pornográfica es que la sexualidad también es afecto, cariño, cuidados a la otra persona, responsabilidad, respeto, aprobación y sentirse bien… y lamentablemente muchos padres tampoco lo enseñan, por lo que nuestros hijos no tendrán más remedio que aprender a base de algunos aciertos y muchos errores. Si no te consideras competente para enseñarles todos estos matices, al menos déjales claro este punto: el sexo es mucho más que lo que se ve en una película pornográfica y mucho más que una forma de tener descendencia.

La segunda es que tal vez ellos no se sientan cómodos hablando contigo de todo esto. Es algo que tienes que respetar, ya que es algo que puede resultar muy embarazoso, y obligarles a comunicarse a la fuerza no es nunca una buena idea. Simplemente deja claro que pueden contar contigo para hablar de sexo siempre que quieran.


b) ... Chatea con cámara web?


La cámara web o webcam es un elemento más de comunicación e información, y además es completamente habitual en muchos hogares. Muchos ordenadores, teléfonos y tablets vienen de hecho con la cámara incorporada de fábrica. Como todas las TIC, la webcam no tiene nada de malo en sí, pero es necesario cuidar algunos aspectos.

Lo más importante es que esté completamente desconectada cuando no se esté utilizando, ya que se han documentado casos de programas malintencionados que se instalan en el ordenador y activan la cámara web sin que el usuario lo sepa, lo cual representa una intolerable intromisión en la intimidad.

Si no se puede desconectar el cable USB de la cámara porque esté integrada en el monitor, podemos colocar delante un adhesivo si la cámara tiene una dirección fija, o simplemente girarla hacia la pared si se trata de un dispositivo independiente.

Esta herramienta sirve para acercar aún más las distancias entre las personas y es un elemento muy útil cuando se utiliza para hablar con familiares o amigos que están lejos o que hace mucho tiempo que no se les ve.

Sin embargo, también puede ser una puerta abierta a la intimidad de tu casa para gente indeseable. Tenemos que advertir a nuestros hijos de que la webcam solo es inteligente usarla con personas conocidas. Hay que desconfiar de aquellos que inmediatamente quieren vernos por la cámara, nos piden cosas extrañas o nos encienden su cámara sin que lo hayamos pedido como puede ocurrir en casos de grooming.

Esta es la única regla, el sentido común (y no la prohibición): haz comprender a tus hijos que siempre que nos mostramos por Internet estamos un poco indefensos y que hay muchos métodos de comunicación que no necesitan la cámara. Así pues, dejemos la cámara para las personas con las que tengamos mucha confianza.


c) ... Pone una foto suya en Internet?


Como ya dijimos antes, la identidad personal es uno de los bienes más preciados que tenemos. Y si no es buena idea dar tus datos personales por Internet, colgar una foto personal es aún menos recomendable. Por supuesto hay lugares seguros donde subir tus fotos: álbumes personales para compartir con tu familia y amigos y a los que puedes poner una contraseña o redes sociales donde se tienen bien configuradas las opciones de privacidad.

La idea siempre es la misma: deben comprender que si cualquiera tiene una foto de ellos, puede utilizarlas con malas intenciones. Explícales ejemplos concretos: ¿Y si usan su foto para usurpar su identidad en un chat? ¿Y si manipulan su imagen de forma desagradable y la cuelgan en una página pública? Deben saber que exponerse demasiado tiene sus consecuencias.

Un tema más espinoso es cuando las fotos que se envían o se suben a Internet son de corte erótico o subidas de tono. A estas edades el bien más preciado es que te acepten, y el físico es uno de los puntos de mayor importancia para los adolescentes en unos años en los que sus cuerpos están cambiando.

Publican su foto en Internet para ver si son guapos y recibir alabanzas, crean así su autoestima, conocen gente y se sienten valorados y más capaces de afrontarlo todo.

Está claro que ante este panorama, y sin una adecuada guía por parte de los padres, esta cultura de la imagen puede provocar daños muy serios a la autoestima.

Que el valor de una persona pase por el juicio de otros acerca de su cuerpo, como si de un mercado de ganado se tratase, no deja de ser una mentira basada en los cánones de belleza y en los valores de “eterna juventud” que la industria trata de venderles a nuestros hijos.

Estos deben aprender desde muy pequeños, y son los padres las personas idóneas para enseñarles, que la valía de una persona va muchísimo más allá de su simple físico.


d) ... Chatea y no sabes con quién?


Este es un problema muy antiguo: necesitamos saber qué hacen y con quiénes están, porque si no nos sentiremos inquietos. Por supuesto la solución no pasa por prohibirles chatear, ya que si quieren chatear lo harán a nuestras espaldas.

En realidad todo consiste en hacer algo parecido a lo que aplicamos con sus amigos reales. Cuando queremos saber con quiénes salen les pedimos que les inviten a comer o a merendar a casa, les conocemos, somos amables con ellos y ellas: son sus amigos y hay que respetarlos.

Hagamos lo mismo entonces con los amigos virtuales, animémosles a que nos cuenten con quién chatean, que nos expliquen cómo son. Mostremos interés y simpatía hacia sus amigos del chat para que hablen con normalidad en la mesa de ellos. “Hoy Miguel15 me ha dicho que ha visto tal película” debe ser exactamente igual que cuando dicen “Hoy Martina me ha enseñado a meter triples en el instituto”.


e) … Está todo el día delante del ordenador?


El abuso del ordenador y de Internet es, como en cualquier otro campo, inaceptable. La utilización del ordenador tiene que estar regulada exactamente igual que se regulan otras cosas, como por ejemplo el horario de salida por la noche, la hora de las comidas o el estudio.

Tenemos que ser razonables y negociar sus horarios: el tiempo diario de uso, que no se puede usar Internet después de cenar, o que el tiempo diario empieza solo cuando se acaban las tareas escolares.

Eso sí, cuidado, que este compromiso tenemos que alcanzarlo juntos; nosotros también tenemos que cumplir esas normas y ellos deben saber que es una norma común y no una imposición que se les hace.

f) ... Descarga música, películas, series o juegos de Internet?


Internet es una fuente de conocimientos e información inabarcable. Prácticamente todo lo deseable se encuentra en la red de una forma u otra, algo impensable hace apenas quince años.

Esto hace que a veces nos volvamos locos con el consumo de información, una cantidad inimaginable que ahora está al alcance de un simple clic del ratón. Ahora bien, ¿qué contenidos consumen nuestros hijos?

Hablemos con ellos de lo que se descargan de Internet para saber qué les gusta, si les merece la pena o si son de los que descargan compulsivamente sin pensar en lo que hacen y sin tener tiempo siquiera para verlo todo.

Obsesionarse con acumular nunca es una buena idea, transmíteles esa convicción. Bajar cualquier contenido tampoco. Enseñémosles que las descargas hay que hacerlas con inteligencia para poder disfrutarlas.


g) ... sufre bullying a través de las TIC?


El bullying o acoso escolar es un fenómeno muy antiguo, pero es la sociedad actual la que ha comenzado a ser sensible a este problema y, poco a poco, se va esforzando en erradicarlo al igual que ocurre con las actitudes sexistas, discriminatorias o en general irrespetuosas con el prójimo.

Es un comportamiento con intención de dañar a un igual, ya sea física o emocionalmente, y que se da sobre todo en otros más débiles o vulnerables. Como ya hemos dicho esa actividad es antigua, pero lo que ahora es innovador es el medio, las TIC, dando lugar al ciberacoso, y en el ámbito escolar al Ciberbullying. Al final de la guía les incluimos un enlace sobre el tema.

El uso irresponsable de las TIC puede incentivar el acoso entre adolescentes fuera del ámbito escolar. Ya no tiene por qué haber agresiones físicas, sino que puede ser una agresión social a través de grabación de vídeos humillantes con teléfonos móviles y su difusión pública a través de Internet.

El acoso se basa en las limitaciones psicológicas de las personas que son incapaces de destacar por sí mismas y solo pueden hacerlo hundiendo a los demás, sin darse cuenta de que ellos siempre estarán a la misma altura, ya que esta estrategia no solo no les hace más grande, sino que los hunde más como personas.

Suelen ser chicos o chicas que sufren en su ambiente familiar diversos tipos de carencias y maltratos, y necesitan ayuda para reconducir esa forma de mostrar su ira, su frustración y su dolor y manifestarla sin dañar a otros.

Las TIC son un entorno razonablemente seguro para nuestros hijos, como lo pueden ser las escuelas, los parques públicos o las calles de la ciudad, pero es necesario que las administraciones aumenten la seguridad mediante la prevención y la intervención.

Nosotros como padres, tenemos la importante responsabilidad de estar atentos a los síntomas que puedan manifestar si nuestros hijos están sufriendo o cometiendo acoso.

Con las TIC, el poder y la vulnerabilidad que están en la base de las relaciones de acoso no tienen por qué ser físicas. Sino que el más vulnerable suele ser quien posee menos conocimiento tecnológico, y no el más débil físicamente. Este acoso que pueden padecer nuestros hijos rompe la necesaria sensación de seguridad y de conexión al grupo social, y puede producir daños muy graves en los adolescentes.

El comportamiento destructivo de acoso que se suele dar mediante las TIC está basado en la agresión relacional desde una nueva dimensión. Mediante el uso de las TIC el acosado lo es también fuera de la escuela, por lo que no tiene un lugar de refugio.

Afortunadamente para todos, quienes perpetran esos actos dejan pistas objetivas con más facilidad que en otros medios, por lo que al final recibirán la sanción necesaria.

Los adolescentes víctimas de acoso suelen tener poca confianza en sí mismos y mostrarse ansiosos y vulnerables. Las víctimas suelen tener un déficit de comunicación social, o bien ésta es inadecuada.

Por su parte, los acosadores actúan normalmente para obtener estatus social o bienes materiales que exigen a sus víctimas. Cuando se detecta el acoso, la familia y las autoridades deben ser informadas inmediatamente porque de seguir la situación aumentará la vulnerabilidad de la víctima, que caerá en la depresión y cambiará su comportamiento de forma significativa.

Por supuesto, también los acosadores están en un grave riesgo, porque pueden reincidir o incluso caer en conductas criminales.