Adolescentes y teléfonos móviles

El teléfono móvil es probablemente el elemento tecnológico más usado por los adolescentes hoy en día. Los actuales smartphones son mucho más que un simple teléfono para llamar y recibir llamadas, son ordenadores en toda regla con un potencial casi ilimitado.

Es un instrumento de comunicación muy poderoso y además toda una seña de identidad. La popularidad de los móviles ha hecho que los adolescentes lo incorporen a su atuendo personal como una prenda de vestir más, preocupándose por su estética: lo “tunean” poniéndole carcasas de colores, compitiendo por tener el modelo más actual y usándolo como un complemento personal.

El coste de un teléfono móvil es aún elevado para los adolescentes, pero le sacan rendimiento, ya que lo utilizan para muchísimas cosas ignorando en muchos casos la función más típica de un teléfono: hacer llamadas telefónicas. La mayor parte de ellos se comunica por medio de servicios de mensajería instantánea que han desbancado a los SMS como forma de comunicarse mediante mensajes de texto.

Eso sí, aunque ya no hace falta economizar en el lenguaje debido a que los textos de la mensajería instantánea prácticamente no tienen límite de extensión, aún se sigue utilizando el llamado “lenguaje SMS”, que no es sino una versión abreviada del lenguaje normal para poder decir más cosas en menos espacio por medio de la supresión de todas las letras que puedan sobreentenderse, e incluso jugando con el doble valor de algunas letras y signos de puntuación como símbolos matemáticos (por ejemplo escribir “xfa” en lugar de “por favor” o “dnd” en lugar de “donde”).

Es muy positivo que los adolescentes aprendan a expresarse desarrollando sus propios recursos, y el “lenguaje SMS” es un buen ejemplo de ello que les será muy útil, además, el día de mañana para tomar apuntes.

Sin embargo no pueden saber expresarse de maravilla mediante esta jerga y no saber escribir correctamente con bolígrafo y papel. Las competencias digitales no deben ir nunca separadas de las analógicas.

Los móviles actuales también incorporan muchas otras funciones: posibilidad de navegar por Internet (con portales diseñados para móviles, contenidos descargables, mensajería instantánea e incluso canales de televisión), Bluetooth (un sistema que permite comunicación entre dos aparatos electrónicos sin ningún tipo de cable), cámara de fotos, cámara de vídeo, juegos, GPS (sistema de localización vía satélite), MP3… y cientos de aplicaciones que pueden convertir su smartphone es dispositivos tan variopintos como un recetario de cocina o un aparato que mide las pulsaciones por minuto del corazón.

Una de las enseñanzas que pocas veces proporcionamos a nuestros hijos adolescentes es a consumir, por lo que son consumidores poco responsables y con poco criterio. Por este motivo las empresas, y sobre todo las de telecomunicaciones, lanzan sobre ellos dentelladas de lobo.

Es muy importante enseñarles acerca de las estafas y abusos que estas y otras compañías suelen practicar con los clientes, ya que si les engañan con mensajes que conllevan tarifas ocultas y precios de abuso, son ellos quienes en principio deben asumir las consecuencias de las equivocaciones que han cometido con las elecciones que han hecho.

Sería un error por nuestra parte asumir todas las consecuencias de los errores de nuestros hijos, porque llegará un momento en que no podremos protegerles de los errores que cometan en la vida.

Por ejemplo, si nuestros hijos tienen un límite de gasto mensual establecido y en una semana se lo han gastado todo porque han estado muy ilusionados enviando SMS muy caros con votaciones a algún programa de televisión o participando en algún concurso, no sería responsable por nuestra parte el reponerles el crédito, y mucho menos si les hemos advertido de que siempre deben asegurarse de los costes de los mensajes que envían a números extraños. Al final de esta guía indicamos algunos recursos que pueden ser de utilidad para prevenir estafas a través de las TIC.

Adolescente con móvil

En la actualidad están muy activas las estafas con los mensajes Premium: con cualquier excusa (un mensaje, un vídeo, una supuesta participación en un concurso…), te invitan a introducir tu número de teléfono o a pinchar en algún enlace para poder beneficiarte de algún contenido, pero sin mostrar claramente la letra pequeña en la que se indica que se te van a enviar mensajes a tu teléfono por los cuales vas a tener que pagar.

La Policía Nacional recomienda hacer uso del sentido común y la desconfianza racional ante ofertas increíblemente buenas, mensajes de fuentes desconocidas, o los diversos chollos que se ofrecen. Lo mejor es investigar en la red para comparar y descubrir posibles trampas.

Los adolescentes e incluso los niños de hoy tienen teléfono móvil no sólo por moda, sino también en una gran parte por los cambios sociales que suponen los nuevos modelos de familia, a veces monoparentales, pero siempre carentes del tiempo necesario para sus hijos. Un modo de estar vinculados a ellos es mediante la telefonía móvil, la cual es un recurso de emergencia o de control más que para largas conversaciones.

Algunas precauciones


Como cualquier aparato tecnológico, un teléfono móvil no es algo negativo ni pernicioso para los adolescentes, sino que es un elemento más de comunicación muy útil en caso de tener que localizarlos con urgencia, aparte de otros servicios bastante provechosos que pueden ofrecer a través de las muy numerosas aplicaciones que existen tanto gratuitas como de pago.

Pero debemos tener presentes las siguientes recomendaciones para un uso correcto y responsable:

  • Facturas desorbitadas. Llamar por teléfono, mandar SMS, el tráfico de datos o descargar servicios por el móvil es algo que cuesta dinero, en ocasiones con tarifas muy altas. Se puede optar porque el o la adolescente tenga un teléfono de tarjeta prepago (funciona por medio de recargas de dinero) o un teléfono de contrato (se pasa una factura mensual) con control de gasto.

    En ambas opciones tendrá que controlar el gasto de móvil que hace y le permitirá aprender a autorregularse. Con los teléfonos de tarjeta, una vez que termina el saldo no hay nada más que hacer hasta que no se recargue de nuevo, y con los de contrato con gasto limitado se avisa al titular cuando se acerca al límite establecido.

    Como medida preventiva para evitar estafas como la de los SMS Premium, podemos contactar con nuestra operadora de telecomunicaciones para solicitarle que bloquee el servicio de SMS Premium.
  • Estafas. Hay que ser muy consciente de qué se descarga, igual que se es consciente de qué se compra. Muchas veces algo tan aparentemente sencillo como participar en un concurso o pretender descargar un juego puede esconder una estafa. Basta con que facilites tu teléfono, que veas un vídeo, que visites una página web… para que, por medio de mensajes que pagas tanto por recibirlos como por enviarlos, se acabe generando una abultada factura.

    Es necesario leer bien las condiciones de cada servicio que se adquiere por teléfono. Muchas empresas de telefonía están al límite de la ley, y ni nosotros ni nuestros hijos nos hemos acostumbrado todavía a estas empresas. Si no hay certeza sobre la seriedad de la oferta, se pueden buscar referencias en Internet antes de usar cualquiera de estos servicios.
  • Mal uso de los servicios multimedia. Tener una cámara de fotos o de vídeo no nos da derecho a usarla pasando por encima de los demás. Hay gente que no quiere ser fotografiada ni grabada, y eso es algo que hay que respetar. Es importante educar y concienciar para el buen uso de las cámaras de los móviles, algo que debe ser un elemento de diversión y de creatividad, y no de daño a otros.

    También es importante tener cuidado con las fotos que nos hacemos a nosotros mismos: tienen que estar guardadas en un lugar seguro y no hacerlas públicas ni enviárselas a desconocidos, ya que no sabemos qué uso pueden hacer de ellas. En general aplicar las indicaciones que dimos sobre el uso de imágenes en el apartado sobre las redes sociales.
  • Intimidad. Dar un número de teléfono móvil es dar un dato muy importante sobre nosotros mismos y no es algo que deba hacerse a la ligera: igual que no damos nuestra dirección ni dejamos entrar en nuestra casa a alguien que no conocemos, no debemos tampoco dar nuestro número de móvil al primero que nos lo pide.
  • Bluetooth. El Bluetooth es una funcionalidad presente en muchos dispositivos actuales que permite intercambiar archivos de forma gratuita sin ningún tipo de cable conector entre dos teléfonos que se encuentren cerca el uno del otro. Lo normal es que sea una función que se activa solo para una transmisión concreta, y que una vez realizada se vuelve a desactivar porque consume mucha batería.

    Pero a veces se deja encendido por error o desconocimiento y el aparato queda expuesto con un canal de entrada que cualquiera puede detectar, si lo intenta, con su propio teléfono.

    No hace falta conocer ningún número: existe una función para detectar todos los dispositivos con Bluetooth activado que se encuentren dentro del radio de recepción, y ya hay quien está empezando a realizar un uso malintencionado de ello, por ejemplo enviando mensajes anónimos en sitios concurridos para molestar o intentar establecer contacto.

    Sin embargo, esto no debe causar ninguna alarma: el emisor detectará el teléfono, pero no podrá saber quién es su dueño o dueña. La única precaución que debemos tomar al respecto es procurar desactivar esa función cuando no la necesitemos, o simplemente no aceptar mensajes o archivos no deseados, especialmente cuando no estemos seguros de quién nos los envía.