La casa de los niños digitales

Hay que evitar que las nuevas tecnologías nos aíslen de la realidad.

Las TIC nos permiten disfrutar más de esta realidad, de una manera más completa y satisfactoria. Nos relacionamos con personas, no con máquinas.

Teléfono móvil


Los smartphones están muy lejos de esos primeros aparatos con los que podías hablar y mandar SMS. Hoy en día son auténticos ordenadores con capacidad para navegar por Internet, crear textos y hojas de cálculo, capturar y editar tanto fotografías como vídeos, utilizar servicios de mensajería instantánea, jugar a videojuegos, navegar con GPS… Y además siguen haciendo llamadas y enviando SMS.

Televisión


Gracias a la TDT y a los canales vía satélite, la cantidad de contenidos televisivos a los que pueden acceder nuestros hijos son enormes y muy variados. Las televisiones tipo SmartTV están conectadas directamente a Internet, permitiendo navegar y utilizar aplicaciones como si de un smartphone o tablet se tratase.

Ordenador


Si está conectado a Internet otorga infinitas posibilidades de ocio y acceso ilimitado al mundo, así como enormes posibilidades comunicativas. Nuestros hijos tienen que acceder sabiendo cómo desenvolverse para sacarle el máximo provecho y evitar un uso indebido.

Videoconsola


Pese a ser cada vez más sociales, potencian el consumo individualizado y el placer por actividades cada vez más sedentarias.

Tablet


Las tabletas tienen las mismas características que un smartphone, pero no realizan llamadas de teléfono ni envían SMS.

Reproductor MP3/MP4


Pequeño dispositivo que permite reproducir música (MP3) o vídeos (MP4). Hoy en día es frecuente que estas funciones se realicen con un smarthphone. Si no se regula su uso, puede contribuir al aislamiento del niño y a dificultar el desarrollo de habilidades interpersonales.

Cámara digital


También vienen integradas en los teléfonos móviles, quedando los aparatos específicos de vídeo y fotografía digitales para usos que indican una afición algo más seria. Nuestros hijos son una generación primordialmente audiovisual, dándole mayor importancia que nunca a la imagen sobre cualquier otra cosa. Sin una adecuada orientación de los padres, esta cultura de la imagen puede provocar daños serios a su autoestima cuando sean adolescentes.