La inteligencia emocial y las TIC

Gran parte de los esfuerzos de los padres a la hora de educar a sus hijos no tienen que ver tanto con las destrezas escolares (Lengua, Matemáticas, Historia…) como con enseñarles a relacionarse y desenvolverse en los distintos contextos de la vida. Muchos de estos aprendizajes se reúnen dentro del término Inteligencia Emocional, y son habilidades que nos permiten percibir, valorar y expresar con exactitud las emociones propias y ajenas así como generar sentimientos que faciliten el pensamiento y la acción. Los chicos con mejores niveles de inteligencia emocional tienen mayores niveles de confianza consigo mismos, mejores relaciones con amigos y con sus padres, menores niveles de estrés social y menos sentimientos de incapacidad, independientemente de su personalidad.

Esta inteligencia que nuestros hijos desarrollan a partir de lo que los padres les enseñamos para su vida cotidiana debe servirles igualmente para desenvolverse en el entorno de las TIC. A través de ellas sus relaciones interpersonales se multiplicarán y deberán saber discriminar aquello que reciban que sea grato y positivo de aquello que sea ofensivo y evitable, al mismo tiempo que deberán saber transmitir lo mejor de sí mismos sin perder nunca el respeto y la consideración por su prójimo. Nuestros hijos no pueden olvidar que detrás del teléfono, el ordenador, la fotografía o el vídeo hay un ser humano al que hay que tratar con la misma dignidad que si estuviese delante en ese mismo instante.