Descargas de archivos

Un archivo suele ser una unidad de contenido: una canción, una imagen, un libro, una película, un juego y eso es lo que se suelen descargar nuestros hijos. Las posibilidades que encierra utilizar toda esa información o diversión son espléndidas, aunque pueden entrañar algunos riesgos que debemos conocer.

Descargas de servidores


Existen enormes repositorios de archivos en Internet que sirven para que las personas compartan información y otros la descarguen. Son sitios como Rapidshare, Mega o Depositfiles, por citar solo algunos. Sus sistemas analizan los posibles virus que puedan estar en los archivos, pero no revisan el contenido, que en algunos casos es ilegal porque infringe derechos de autor o resulta inadecuado para nuestros hijos pequeños. Es importante que solo se descarguen los archivos que haya dejado alguien que conocemos, o cuyo contenido nosotros hayamos revisado.

Descargas de otros ordenadores

Todos los ordenadores conectados a Internet pueden convertirse en servidores de contenido a través de programas P2P (Peer to peer), sistemas de intercambio de archivos entre pares o iguales. Estos programas permiten que los demás que utilicen el mismo sistema puedan conectarse a una parte de nuestro ordenador que hemos dejado para compartir. Es muy importante que el área compartida sea solo una carpeta controlada por los padres para no poner en riesgo la privacidad de la familia. Por desgracia, es frecuente encontrar contenidos ilícitos o inadecuados en los archivos descargados a través de este método, por lo que los niños no deben usarlo sin control parental.