Padres analógicos

¿Crees que las TIC son un galimatías?

No necesitas conocer perfectamente cómo funcionan las TIC para educar a tu hijo en un uso responsable de las mismas. Sólo necesitas saber qué son y para qué se usan. Al principio tus hijos verán las TIC como un juguete, algo con lo que entretenerse, siendo el tipo de juego lo que variará con la edad. Sin embargo, si bien las TIC pueden usarse para jugar, en la mayoría de los casos son mucho más que un juguete.

¿Crees que las TIC son una herramienta?

Las TIC en general (móviles, consolas de videojuegos, etc...) son una herramienta en la medida en que son útiles para desenvolvernos en la realidad, pero también es cierto que son mucho más que eso. Una herramienta es algo que no tiene valor en sí mismo, solo es un medio para un fin. Sin embargo las TIC abren un mundo de posibilidades que una herramienta por sí misma no puede brindar. Son una ventana al conocimiento y al mundo, brindando un sinfín de posibilidades. No es algo de lo que podamos prescindir, ya que lo impregnan prácticamente todo y forman ya parte del entramado de nuestra sociedad.

¿Crees que las TIC son un juguete?

Puede ser, pero disponer de juguetes tan estupendos no es motivo para estar todo el día jugando, ni que tengan por qué excluir a otros juegos analógicos que también hay que saber utilizar. Además, no podemos pensar que jugar no entraña peligro alguno, así que del mismo modo que supervisamos los juegos analógicos de nuestros hijos, debemos supervisar los juegos digitales.

¿Crees que las TIC son una trampa?

El uso irresponsable de las TIC puede llevar a nuestros hijos a situaciones muy desagradables al igual que puede pasarles en la calle. Pero los padres nos sentimos competentes para educar a nuestros hijos acerca de qué hacer y cómo defenderse en dichos casos, y creemos que no sabemos cómo evitarlas en lo referente a las TIC. La diferencia no es mucha y solo cambia en la forma. Es necesario planificar adecuadamente las estrategias que vamos a seguir a la hora de educarlos con respecto a las TIC, pudiendo adoptar dos posturas:

  • Prohibir el uso de TIC: puede ser la opción elegida por padres que se identifiquen con un estilo parental autoritario. Sin embargo las TIC son un hecho y no puedes impedir que estén presentes en la vida de tus hijos. Es más, las prohibiciones suelen aumentar el deseo de aquello que se prohíbe consiguiendo lo contrario de lo que te proponías: que utilicen las TIC sin que tú puedas mediar en el proceso, ya que se las ingeniarán para usarlas sin que tú lo sepas. Lo verdaderamente grave es que estarán perdidos en las superautopistas de la información guiados por la evitación del castigo, pero sin un criterio personal que les ayude a que sea una experiencia provechosa.
  • Regular el uso de las TIC: si bien hay herramientas que te pueden ayudar a regular el tiempo que tus hijos le dedican a la consola o filtros para impedir que accedan por Internet a contenidos adultos que puedan violentarlos, lo cierto es que esas medidas de regulación solo tendrán éxito si logras que entiendan qué hacen y por qué, para poco a poco ir interiorizando dichos criterios.

La autorregulación es un proceso que va desde fuera hacia dentro: los padres regulan primero desde fuera a sus hijos, estableciendo dónde están los límites que no deben cruzarse. Cuando son pequeños no suelen cuestionar nada y asumirán que eso es así. Será cuando empiecen a crecer y a tener un criterio propio cuando haya que empezar con las negociaciones. Hay que sentarse con ellos y escuchar su punto de vista, sus demandas, para luego dar una respuesta razonable a las mismas que fomente dicha autorregulación.

La educación empieza por el sentido común. Si adoptas medidas sensatas, en las que tus hijos sientan que te interesas por sus necesidades, irás por el buen camino.