Educar en valores. De 2 a 4 años

En estas edades la relación con las TIC estará muy condicionada a lo que los padres le ofrezcan y le enseñen, pero también por lo que ellos vean en otros compañeros. Empiezan a poder tener conversaciones simples por teléfono, y cualquier imagen que aparezca en una pantalla les llama la atención (fotos, vídeos, dibujos animados…).

Su competencia verbal y psicomotriz está bastante inmadura, por lo que no suelen jugar con juegos que requieran tener en cuenta demasiadas cosas a la vez o movimientos precisos y coordinados, pero sí pueden jugar con juegos educativos simples, como son los juegos de fichas, colores o indicar con el dedo.

Sin embargo, debemos considerar que en estas edades tempranas los cambios son vertiginosos, y en cuestión de meses podemos pasar de tener un niño al que le cuesta emitir las palabras a uno que articula oraciones coherentes y nos acribilla a preguntas sobre el mundo.

Las actividades han de ser dirigida por los padres, quienes controlaremos perfectamente los materiales que llegan a nuestros hijos. Estarán basadas en visionado de fotos, material multimedia especial para estimulación sensorial, comunicación con parientes y amigos, etc. Los niños, acompañados por sus padres, pueden aprender a manejar la pantalla del smartphone o la tablet, así como el ratón o el mousepad de los portátiles.

De este modo relacionarán el movimiento de su mano con la imagen y el sonido del ordenador/teléfono/tablet, desarrollando al mismo tiempo la psicomotricidad fina, la coordinación ojo-mano, la atención y discriminación de estímulos visuales y auditivos, etc. No suelen mantener una atención continuada sobre la pantalla porque, en estas edades, lo que más les interesa son las personas.

Nunca deben estar solos delante de la pantalla, y los padres debemos interpretar para ellos todo lo que ocurre. Es recomendable tener activos los filtros de control parental para evitar errores en las búsquedas, así como el sistema de bloqueo de elementos emergentes para evitar publicidad indeseada, ya que distorsiona la experiencia frente al monitor y puede aportar contenidos inadecuados.

Conviene igualmente que tengamos una lista de favoritos clasificada por el orden de preferencia tanto de nuestros hijos como nuestra. Nuestra actitud ha de ser de apoyo y confianza, siendo el objetivo pasar un buen rato con ellos y el ordenador. Permitámosles experimentar y estimulemos su curiosidad apoyando sus logros. No tenemos que extender demasiado el tiempo de actividad. Es mejor pequeñas sesiones en las que se queden “con ganas de más” que darles un “atracón de ordenador”.


ACTIVIDAD

Señala las fotos de mamá y papá. El padre o la madre compartirán un rato de ocio enseñando al niño diversas fotos en el ordenador; le pedirán que señale con el dedo la pantalla, y posteriormente le enseñarán a hacer lo mismo con el puntero del ratón.