Padres e hijos

La educación en valores y la buena relación entre padres e hijos es la clave para la prevención de posibles riesgos en el uso inadecuado de las TIC.

“Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, los padres, madres, hijos e hijas se educan entre sí mediatizados por el mundo analógico y digital”. Paulo Freire.

Las personas de cierta edad que han sido testigos de los grandes cambios tecnológicos de los últimos tiempos, pueden expresar sus sospechas acerca del uso que las nuevas generaciones (los “nativos digitales”) hacen de las TIC.

El escritor José Luís Sampedro en su libro “Escribir es vivir” nos comenta:

“... Las relaciones con otro se aprenden jugando, en la calle, en el recreo, haciendo deporte, pero jugando entre seres humanos, no entre un humano y una máquina. Las relaciones del fuerte con el débil, la comprensión, la solidaridad, el compañerismo no los da la maquinita. Y, sin embargo, parece que hemos triunfado si metemos muchos ordenadores en el aula desplazando al profesor, que es quien podría enseñar y transmitir los valores humanos. La formación así concebida no va encaminada a enseñar a vivir, se enseña a consumir y producir, no a vivir”.

Las TIC son medios ideales para la práctica de muchas capacidades adquiridas en el mundo analógico por nuestros hijos. Unos medios capaces de relacionarlos con multitud de personas, con una gran cantidad de información y puntos de vista diferentes.

Son algo así como una enciclopedia, un teléfono y una máquina de escribir al mismo tiempo, pero el cerebro que procesa dicha cantidad de información lo ponen nuestros hijos. Los medios tecnológicos son herramientas para que aprendan y discutan entre ellos y con otras personas: iguales, padres, docentes, tutores, etc.


El único modo de prevenir comportamientos de riesgo y un uso inadecuado de las TIC pasa por involucrarse en la educación de los hijos y potenciar las ventajas que aportan, no por prohibir o restringir radicalmente su uso.