¿Cómo juegan tus hijos e hijas?

Hay hábitos, muy numerosos y muy diversos, relacionados con el juego que los padres deben esforzarse por conocer y corregir. Al fin y al cabo, el juego es el mecanismo por el cual aprendemos a relacionarnos con nuestro ámbito familiar, material, social y cultural. Los hábitos que adquieren y desarrollan los niños durante su tiempo de juego serán también los hábitos y costumbres que apliquen luego a otras actividades de su vida diaria.

Señalamos a continuación algunos aspectos a los que hay que prestar especial atención.

Los comportamientos violentos o poco respetuosos


Hay que evitar que los niños, que se encuentran en pleno desarrollo del sentido de la ética, se comporten en su relación con las TIC de un modo que no aprobaríamos en la vida real. Es cierto que las repercusiones que estos comportamientos tienen en el mundo virtual (ej: un videojuego) pueden ser menores que en la realidad, pero a menudo ellos carecen aún de la madurez necesaria para establecer esa diferencia.

No podemos quedarnos indiferentes ante una actitud así viniendo de una persona que es social y personalmente inmadura, cuando indirectamente se pueden estar sembrando las semillas de la violencia, la discriminación o el menosprecio por sus semejantes. Es nuestra obligación como padres enseñarles a discriminar lo correcto de lo incorrecto y actuar en consecuencia haciendo un buen uso de la empatía.


El comportamiento de nuesto hijo en el videojuego no afecta a los personajes de la pantalla, sino a ellos mismos: los actos de los niños reflejan y a la vez refuerzan sus ideas, actitudes, sentimientos y valores.

La ecología


Hay que educar en un consumo responsable, consciente y sensato de las TIC. Igual que les enseñamos a nuestros hijos a no dejar el grifo abierto, hay que conseguir que se acostumbren a no dejar el ordenador encendido cuando están fuera, o la música o el televisor cuando se van a dormir.

E igualmente hay que educarles en responder a las necesidades personales y no a las necesidades de la moda. Sustituir un dispositivo que funciona perfectamente por otro más nuevo solo por estar acorde a la moda es una irresponsabilidad que hace del nuestro un mundo insostenible.

La ergonomía y los hábitos posturales


Como padres siempre procuramos darles a nuestros hijos una buena educación física acerca de aspectos cotidianos como pueden ser las posturas más saludables o las formas de realizar ciertos esfuerzos y movimientos de la vida diaria: formas de cargar peso, cómo prepararse antes de realizar ejercicio físico, posturas adecuadas en una silla… Esto debe tenerse en cuenta igualmente cuando manejen cualquier dispositivo, ya que es muy frecuente que nuestros hijos estén, por ejemplo, sentados delante del ordenador con una postura dañina para su espalda, o concentrados en el teléfono con la cabeza colgando del cuello.

Antiguamente nuestros padres se preocupaban (con razón) del excesivo peso que tenían nuestras mochilas escolares cuando las llenábamos de libros y cuadernos; hoy en día con las mochilas con ruedas estos problemas se han reducido. Del mismo modo, en la medida en que eduquemos a nuestros hijos en buenos hábitos posturales y fomentemos un sano ejercicio físico estaremos mejorando su calidad de vida en todas sus vertientes.

La atención y la memoria


Muchos juegos de ordenador entrenan a los menores en su concentración. Los vemos absortos, como si estuviesen en otro planeta (un planeta digital) y nos sorprendemos de que se concentre en la pantalla pero tal vez no lo haga delante de los libros. Están acostumbrados a recibir muchos más estímulos que nosotros, y no solo por las TIC, sino también por el cine y la televisión.

Por eso se aburren ante lo que para ellos es poco estimulante y se concentran en aquello que les interesa. Ese juego que les divierte ahora, les entrena para la concentración, la memoria y la constancia siempre y cuando les proporcionemos el andamiaje adecuado para ello. Pero igualmente desde pequeños debemos enseñarles a concentrarse en otras actividades analógicas para evitar que su atención dependa del estímulo que se les presente, de forma que esté más ligada a su voluntad y control.

Para esto, de nuevo, nuestro ejemplo como padres será fundamental. No podemos animar a nuestros hijos a leer un libro con entusiasmo si nunca nos han visto hacerlo a nosotros, o animarles a divertirse en la calle si nosotros tampoco lo hacemos. De igual manera hay que tener en cuenta que debemos tener especial cuidado en subir fotos de menores a las redes sociales para que ellos puedan seguir nuestro ejemplo, ya que, los menores muchas veces falsean datos para obtener perfiles en las redes.

Si conseguimos que se desenvuelvan en ambos contextos nos podremos tranquilizar al haberles dotado de las herramientas y conocimientos necesarios para garantizar su seguridad y bienestar. Y por otro lado, es importante que sepan que seguimos ahí para asesorarles y ayudarles en cualquier momento, igual que lo hacemos en su relación con el mundo real.


La mejor manera de conocer la relación que tienen nuestros hijos con las TIC es preguntárselo directamente y observar. Tenemos que acostumbrarnos a preguntarles a qué han jugado hoy en la videoconsola igual que les preguntamos qué han hecho en el colegio.