¿Dónde juegan tus hijos?

Es importante que no perciban las normas o consejos de sus padres como imposiciones sin sentido, sino como enseñanzas útiles similares a las que les dan para salir solos a la calle: mirar a ambos lados antes de cruzar, no andar por lugares solitarios, no hablar con extraños, ser siempre educados y respetuosos...

En el dormitorio


No es conveniente que, de entrada, los niños pequeños tengan un acceso autónomo a las TIC, igual que no los dejamos salir solos de casa. Deben entender que eso es algo que deben ganarse progresivamente a través de la confianza y que ésta empieza por comprometerse a un uso responsable y seguro de la tecnología. El dormitorio siempre se configura como el espacio de privacidad del individuo. Si los niños disponen de un espacio privado para jugar, deben saber que es un espacio puntual y que sus padres deben acceder a él cuando lo requieran.

En la sala de estar


Es el sitio más adecuado para que los niños pequeños disfruten de las TIC, porque desde siempre se les educa en compartir su uso con más personas y en que tengan una comunicación fluida con sus progenitores sobre ellas. También es importante que se acostumbren a negociar con los demás sobre el tiempo y el horario de uso, ya que hay que combinarlas con otras actividades propias de un espacio común.

No ponemos las TIC aquí solamente para controlarlas, sino también para compartir su uso. Si les enseñamos adecuadamente, el niño se controlarán solos progresivamente. Además aprenderán algo importante: que no hay que encerrarse o esconderse para hacer uso de las TIC.

Y a esto debemos los adultos enseñar también con el ejemplo. Ya cuando sean mayores y empiecen a reclamar su intimidad personal, será el momento de buscar sus espacios privados.

En la calle


Las videoconsolas portátiles han sido las TIC más utilizadas por nuestros hijos hasta la irrupción de los smartphones, los cuales son hoy por hoy la principal TIC que utilizan para jugar fuera de casa. Se prestan a que los niños los utilicen en la calle, el patio del colegio o en reuniones con otros niños, de manera que su uso sustituya a otras actividades de socialización e interacción con los demás.

Si se permiten estas conductas, podemos estar potenciando su aislamiento ya que no le estamos dando al mundo analógico la importancia que realmente tiene. La calle ha de ser un espacio para hablar, gritar y cantar, para pasear, saltar y correr, y los padres deben ser los primeros en fomentar estos hábitos aunque no siempre sea fácil ni cómodo.

Cada vez es más común ver a niños sentados con sus padres en la terraza de un bar o en una reunión familiar jugando con el teléfono móvil de algún adulto, cuando no es nada recomendable que el juego individual aísle de la actividad social. Esto muchas veces es un hábito tolerado, permitido e incluso fomentado por los propios padres, quienes no siempre tienen los recursos y habilidades necesarias para hacer que sus hijos se sientan integrados y partícipes de una situación social y utilizan las TIC a modo de “anuladores” de niños. En estas situaciones es muy importante predicar con el ejemplo y ser congruentes con nuestros hijos. No podemos pretender que no jueguen con el teléfono en una situación social cuando muchas veces somos los primeros en estar, aún en situaciones sociales, manipulando el móvil mientras desatendemos la reunión.

En la casa de un amigo


Es conveniente conocer la actitud con respecto a las TIC que adoptan los padres de los amigos de nuestros hijos: a qué tienen acceso, cuál es el nivel de supervisión… del mismo modo que nos preocuparíamos de qué comen en sus casas o de qué película ven. Todo esto en un clima sano de compartir impresiones con la otra familia sin juzgarles.