Educación en valores

Aunque cada persona tiene su propia lista de valores, el entorno sociocultural en el que nos criamos suele compartir varios de ellos. Seguramente los siguientes son algunos de los más compartidos:

  • Imaginación.
  • Conocimiento.
  • Independencia.
  • Solidaridad.
  • Colaboración.
  • Responsabilidad.
  • Justicia.
  • Respeto.

Si nuestros hijos interiorizan dichos valores y los desarrollan tanto en el uso de las TIC como en sus relaciones con el mundo analógico, les habremos dotado de las herramientas necesarias para desenvolverse en la vida de una forma plena y satisfactoria. La cultura en la que vivimos nos enseña el uso que tenemos que hacer de las herramientas y las cosas.

Si algo se utiliza frecuentemente de manera inadecuada, la gente tiende más a “colgar el sambenito” al instrumento que a analizar el uso que se hace del mismo. Esto no solo facilita que se siga utilizando de manera negativa, sino que también facilita que no se pueda ver de otra manera para utilizarlo correctamente.

Por ejemplo, si solo se piensa que Internet es un sitio donde los delincuentes rondan de manera anónima robando datos y engañando a incautos, nos perdemos la posibilidad de conocer la versión de Internet por la que podemos acceder a información, consultar a expertos, estudiar, comunicarnos con familiares y amigos que viajen al extranjero, consultar el tiempo, etc.

Ocurriría igual si se tiene la creencia de que la calle está llena de indeseables y que un peligro nos acecha en cada esquina, con lo cual decidimos encerrarnos en casa condenándonos a perdernos un mundo maravilloso. Y todo porque hemos mantenido unos valores inadecuados.

Si solo se ve la pequeña parte negativa, nos cegaremos en ella y no veremos la realidad, no pudiendo transmitir valores alternativos mucho más enriquecedores. La educación a través de un sistema de valores asume que el maravilloso regalo de la información y el conocimiento sin límite, debe ir acompañado de un cerebro estructurado para asimilarlo y relacionarse con él a través de una adecuada inteligencia emocional. En esta nueva sociedad, los padres debemos tener claro que el hogar es la institución educativa más importante que existe, cuya labor debe estar coordinada con los esfuerzos del profesorado, capaz de ofrecer un sistema de aprendizaje profesional y motivador. En esta sociedad global y competitiva, hay personas que tendrán una clara desventaja con respecto al resto:

  • Las que nazcan en un hogar sin un sistema de valores coherente y positivo.
  • Las que no tengan acceso a las TIC.

Hay que evaluar la tecnología a través de los valores. Es necesario verificar si las propuestas tecnológicas de las que disponen nuestros hijos satisfacen o no algún valor.