Descargas de archivos

Un archivo suele ser una unidad de contenido: una canción, una imagen, un libro, una película, un juego, y eso es lo que se suelen descargar nuestros hijos. Las posibilidades que encierra utilizar toda esa información o diversión son espléndidas, aunque pueden entrañar algunos riesgos que debemos conocer. Una de las características sociológicas de Internet es que sirve para compartir, y la mayor parte de lo que compartimos es bueno, como en la vida real, pero no todo.

Los archivos pueden ser de diferentes formatos, y los formatos están asociados a diferentes utilidades:


FORMATOS MÁS FRECUENTES
Música mp3, wav, ogg, wma...
Video avi, mp4, mpg, mkv, asf, rm, mov, flv...
Imágenes jpg, png, gif, bmp, psd...
Documentos txt, doc, pdf, ppt...
Comprimidos Zip, rar, ace, 7z...
Ejecutables (programas) Exe, dll, bat...

Descargas de servidores


Existen enormes repositorios de archivos en Internet que sirven para que las personas compartan información y otros la descarguen. Son sitios como Rapidshare, Mega o Depositfiles, por citar solo algunos. Sus sistemas analizan los posibles virus que puedan estar en los archivos, pero no revisan el contenido, que en algunos casos es ilegal porque infringe derechos de autor o resulta inadecuado para nuestros hijos pequeños. Por eso es importante que solo se descarguen los archivos que haya dejado alguien que conocemos, o cuyo contenido nosotros hayamos revisado.

Respecto a las descargas, algunas personas desarrollan cierto afán coleccionista, algo parecido a la glotonería. El criterio con el que eduquemos a nuestros hijos debe ser el mismo que le daríamos en un buffet libre: coge solo aquello que vayas a consumir. Si tienes más hambre, vuelve a coger solo lo que necesites.

Descargas de otros ordenadores


Si tenemos los programas adecuados, todos los ordenadores conectados a Internet pueden convertirse en servidores. Eso es lo que sucede cuando instalamos en nuestro ordenador programas P2P (Peer to peer), sistemas de intercambio de archivos entre pares o iguales. Estos programas permiten que los demás que utilicen el mismo sistema puedan conectarse a una parte de nuestro ordenador que hemos dejado para compartir.

Es un sistema muy bueno para pasar archivos. Por desgracia, es frecuente encontrar contenidos ilícitos o inadecuados en los archivos descargados a través de este método, por lo que los niños no deben usarlo sin control parental. Algunos de estos programas permiten chatear con grupos de personas desconocidas, que es algo que no deberían hacer los menores, por lo que conviene poner especial atención.

Es muy importante que el área compartida sea solo una carpeta controlada por los padres para no poner en riesgo la privacidad de la familia. Algunos sistemas penalizan que no se comparta nada, de manera que en esta carpeta compartida se pueden dejar cosas interesantes para otros, como las mejores obras de la música clásica, por ejemplo. Los programas típicos son Emule , Bit-Torrent, Ares, etc.


Lo ideal es que nuestros hijos solo compartan archivos con su lista de contactos de los programas de mensajería que nosotros ya habremos validado previamente.