Navegar por internet

Navegar es la actividad más elemental que hacemos en Internet, y hoy en día es un elemento básico para divertirse, aprender, relacionarse, comprar... Es como salir a la calle y pasear. Puedes encontrarte de todo, cosas buenas y cosas malas, y con una guía adecuada y tu propia experiencia aprendes a facilitar unas y evitar otras.

Nuestros hijos deben entender que pasear por la calle y navegar por Internet pueden considerarse derechos, pero también supone una responsabilidad. Pasear por la calle no les da derecho a cruzar con un semáforo en rojo, y navegar por Internet no les da derecho a entrar en un lugar que no deben. Antes de navegar por Internet se debería hacer una planificación como si se fuesen a ir a navegar por un océano.

Los antiguos navegantes griegos acudían al oráculo de Delfos para pedir consejo sobre las rutas marinas más seguras, y el oráculo siempre daba las respuestas más certeras, porque como los capitanes de los navíos debían volver a explicar cómo les había ido el viaje, el oráculo era donde más se sabía de los mares aunque los augures nunca hubiesen estado en ellos. Lo mismo nos pasa a los padres.

Tenemos la experiencia de conocer los riesgos genéricos. Somos nosotros los que sabemos dónde están los piratas, los arrecifes y los monstruos marinos. Los que debemos dar a nuestros hijos los mapas de navegación, trazando sus caminos por rutas seguras.

Esas rutas pueden ser normas impresas o escritas en un lugar accesible del ordenador, y ellos han de comprometerse a no salir del tiempo y del espacio que se marque en esas rutas. Es interesante negociar con nuestros hijos unas normas de hacia dónde navegan, cómo, cuándo, cuánto y para qué.

Las herramientas que se utilizan para navegar por Internet se suelen llamar, cómo no, navegadores. Son programas que sirven para ver páginas web. Los navegadores modernos suelen disponer de herramientas para que los niños solo puedan navegar por los sitios que previamente han aprobado sus padres, así como sistemas de bloqueo de elementos emergentes o pop-ups.

Evitar los elementos emergentes de las páginas que no tenemos la certeza de que son totalmente seguras es como quitar los tiburones de sus mares.