¿Crees que las tic son una trampa?

Y no te falta razón.

En algunos casos, el uso irresponsable de las TIC puede llevar a nuestros hijos a situaciones muy desagradables: contacto con desconocidos sospechosos que pueden estar suplantando su propia identidad, estafas electrónicas, humillaciones o relacionarse con aprovechados que pretendan confundirlos para su beneficio. Es lo mismo que puede pasarles en la calle pero con una diferencia importante: los padres nos sentimos competentes para educar a nuestros hijos acerca de qué hacer y cómo defenderse en dichos casos, pero creemos que no sabemos cómo evitarlas en lo referente a las TIC, cuando en el fondo la diferencia no es mucha y solo cambia en la forma.

Para evitar este tipo de situaciones es necesario planificar adecuadamente las estrategias que vamos a seguir a la hora de educarlos con respecto a las TIC. De esta manera, ante el hecho de que puedan acceder fácilmente a contenidos inadecuados por Internet, por ejemplo, ¿cuál sería tu reacción?

  1. Prohibir el uso de TIC: es una medida consistente en un alto nivel de control que, como vimos anteriormente, puede ser la opción elegida por padres que se identifiquen con un estilo parental autoritario. Sin embargo, aunque te lo propongas, no lo conseguirás. Las TIC son un hecho, no puedes impedir que estén presentes en la vida de tus hijos. Es más, las prohibiciones suelen aumentar el deseo de aquello que se prohíbe y además pueden reaccionar convirtiéndote en “el malo de la peli” y consiguiendo exactamente lo contrario de lo que te proponías: que accedan a esos contenidos a través de las nuevas tecnologías sin que tú puedas mediar en el proceso, ya que se las ingeniarán para usarlas sin que tú lo sepas.

    Y el problema de esto no es solo la desobediencia. Lo verdaderamente grave es que estarán perdidos en las superautopistas de la información guiados por la evitación del castigo, pero sin un criterio personal que les ayude a que sea una experiencia provechosa. Así que la pregunta ahora es: ¿Dejarías a tus hijos solos en una autopista? Está claro que no: les dices dónde está el paso elevado y por qué es necesario que crucen por ahí. Con Internet y con las TIC en general sucede lo mismo: si no los educas adecuadamente, los dejas huérfanos, indefensos y desprotegidos.
  2. Regular el uso de Internet: si bien hay herramientas que te pueden ayudar a regular el tiempo que tus hijos le dedican a la consola o filtros para impedir que accedan por Internet a contenidos adultos que puedan violentarlos, lo cierto es que esas medidas de regulación solo tendrán éxito si logras que estos entiendan qué hacen y por qué, para poco a poco ir interiorizando dichos criterios.

    La autorregulación es un proceso que va desde fuera hacia dentro: son los padres los que regulan primero desde fuera a sus hijos, estableciendo dónde están los límites que no deben cruzarse, qué contenidos se consideran adecuados y cuáles no, y qué consecuencias se derivarán del cumplimiento de las normas establecidas o de su trasgresión.

Cuando son pequeños no suelen cuestionar nada y asumirán que eso es así. Será cuando empiecen a crecer y a tener un criterio propio cuando haya que empezar con las negociaciones. Hay que sentarse con ellos y escuchar su punto de vista, sus demandas, para luego dar una respuesta razonable a las mismas que fomente dicha autorregulación. ¿Videojuegos? Por supuesto, pero ¿qué videojuegos en particular? ¿A qué hora del día? ¿Durante cuánto tiempo?


La educación empieza por el sentido común. Si adoptas medidas sensatas, en las que tus hijos sientan que te interesas por sus necesidades, irás por el buen camino.