El código PEGI

Este código (siglas de Pan European Game Information) es una norma de seguridad europea que sirve para que los padres tengamos datos fiables acerca de a qué edades van destinados estos juegos y cuáles son las razones. Esto es importante porque ofrece flexibilidad a los padres, que pueden ser más estrictos en unos temas que en otros en función de su sistema de valores.

Por ejemplo, unos padres serán más tolerantes con los temas eróticos y otros lo serán con la violencia. El código PEGI nos dice la edad y la razón por la que se asigna a esa edad. No tiene en cuenta el nivel de dificultad del juego o si los gráficos son bonitos o feos, porque solo contiene criterios de seguridad para nuestros hijos.

Los videojuegos informan a través de un pequeño recuadro en su portada de la edad recomendada, así como de los contenidos que se encuentran en ellos, de manera que podamos determinar si el videojuego al que están jugando nuestros hijos es adecuado para ellos.

Las edades son variables como sucede en las películas: los padres son los que en última instancia deben valorar y decidir sobre la adecuación o no de ese juego. Existen en Internet multitud de reseñas, críticas y comentarios de videojuegos, y siempre será interesante investigar un poco antes de comprar.

Para garantizar la equidad en la adjudicación de los códigos no son los fabricantes quienes deciden ponerlo, sino un comité representado por educadores, fabricantes de software interactivo, asociaciones de consumidores, psicólogos infantiles, etc. El código PEGI no solo sirve para los juegos pensados para un solo usuario, sino también para los juegos multijugador que funcionan a través de Internet. Es lo que se conoce como PEGI online.

PEGI online es muy importante cuando se basa en una comunidad que va cambiando, que trazan sus propias normas del juego, etc. Gracias a esto podemos conocer la evolución de la adecuación de ese juego para nuestros hijos. PEGI online también es conocido como código POSC por sus siglas en inglés (Pegi Online Security Code).

Si bien el sistema PEGI identifica las edades a las que el juego está destinado, el código POSC es en realidad un código de conducta de los fabricantes. Este código proporciona un control por parte de los titulares de los servidores de juegos, los cuales eliminarán los contenidos inapropiados que puedan haber subido los usuarios poco responsables.

Los fabricantes que se acogen al código POSC aseguran que los datos de los usuarios -de nuestros hijos- serán tratados de manera confidencial y no se comerciará con ellos. Por supuesto, el compromiso del fabricante afectará a los datos que ellos poseen para dar acceso a los jugadores, pero si nuestros hijos dan sus datos directamente a otros jugadores, eso no es responsabilidad de los fabricantes del juego.

En definitiva, los fabricantes que pueden mostrar el logo del código POSC se han comprometido a tener una conducta responsable con nuestros hijos, que son sus usuarios. Esa responsabilidad empieza con la publicidad, que no puede ser engañosa. Esto es muy importante, porque si muchas veces la publicidad nos convence a nosotros en otros medios, cuánto más les puede pasar a nuestros hijos que tienen menos experiencia.

El ocio y los videojuegos son parte de la educación de nuestros hijos, y por eso hay que planificarlo, reflexionar sobre ellos y pactar su uso para que entiendan las razones de nuestras posturas.

Estos son los iconos que uno puede encontrar en la carátula de cualquier videojuego:



Contenido Indicador
Violencia Código PEGI · Más de 3 años
Sexo o desnudez Código PEGI · Más de 7 años
Terror Código PEGI · Más de 12 años
Drogas Código PEGI · Más de 16 años
Juegos de azar/Apuestas Código PEGI · Más de 18 años
Lenguaje soez Código PEGI · Más de 18 años
En línea (Online) Código PEGI · Más de 18 años
Discriminación Código PEGI · Más de 18 años

Las videoconsolas, las televisiones y en general todas las TIC bien desarrolladas que suelen utilizar los menores poseen sistemas de control que pueden manejar los padres (control parental) para limitar el acceso de sus hijos a determinados contenidos. Esos controles no solo restringen el acceso los contenidos, sino también al tiempo de uso o a recursos adicionales, como el acceso a Internet.

En general, lo mejor para nuestros hijos adolescentes es la autorregulación y el autocontrol, dado que siempre llevan mal el control impuesto desde fuera. Además, tienen unos conocimientos tecnológicos tan elevados y una imaginación tan viva que en algunos casos pueden saltarse esos controles.

Las páginas web de cada uno de los fabricantes de videoconsolas que utilicen nuestros hijos nos aportarán información acerca de cómo gestionar las restricciones, pero es mucho más importante conseguir que esas restricciones no sea necesario explicitarlas, sino que surjan espontáneamente de nuestros hijos.